¿Marketing o ciencia? Cómo evaluar un cosmético más allá del primer impacto

Introducción

En el mundo cosmético, lo sensorial vende. Texturas sedosas, aromas envolventes y efectos visuales inmediatos son herramientas de marketing poderosas. Pero… ¿eso significa que el producto transforma la piel a nivel profundo?
Este artículo busca ayudarte —como profesional— a distinguir entre fórmulas pensadas para seducir y fórmulas diseñadas para actuar.

La seducción inmediata: lo que vende en los primeros 5 segundos

Los productos cosméticos están cuidadosamente diseñados para impactar:

  • Siliconas que alisan instantáneamente.
  • Micas y nácares que aportan brillo y efecto “glow”.
  • Aromas que generan vínculo emocional.
  • Tensores temporales que simulan firmeza.

¿El problema?

Estos efectos, aunque agradables, no siempre indican eficacia terapéutica o dermatológica.

¿Qué es realmente la eficacia cosmética?

Desde un enfoque profesional, la eficacia cosmética implica cambios positivos y medibles en la piel. Esto requiere:

  • Ingredientes con evidencia clínica.
  • Concentraciones efectivas.
  • Estabilidad de la fórmula.
  • Estudios de penetración y biodisponibilidad.

Ejemplos de activos funcionales con respaldo:

  • Niacinamida: mejora la barrera cutánea, reduce manchas.
  • Retinol: estimula el colágeno y renueva la piel.
  • Azeloglicina: regula la producción de sebo y mejora el tono.

¿Por qué la ciencia no siempre deslumbra?

A diferencia del marketing cosmético, la ciencia trabaja en silencio.
Muchos activos reales:

  • No tienen aroma.
  • No generan una sensación inmediata.
  • Requieren tiempo y constancia para mostrar resultados.

Pero son los que transforman la piel desde adentro.

Sensorialidad vs ciencia: ¿ pueden convivir ?

¡Sí! Una buena formulación puede unir ambas cosas:

  • Una textura agradable que facilita la aplicación.
  • Y al mismo tiempo, una base activa que trabaja en las capas profundas.

El problema surge cuando se prioriza el impacto visual por encima de la función.

Cómo evaluar un producto desde un enfoque profesional..?

Antes de recomendar o formular, pregunta:

¿Qué activos contiene?
¿Están en concentraciones efectivas?
¿Tienen estudios clínicos o bibliografía sólida?
¿Hay ensayos de estabilidad y seguridad?
¿Se comunican resultados reales o solo sensoriales?

Conclusión: lo eficaz no siempre brilla (y está bien)

En una industria dominada por la imagen, las profesionales de la Estética tenemos la responsabilidad de ir más allá del envase y el “glow”.
Formular o recomendar con conciencia implica elegir lo que la piel necesita, no solo lo que enamora a primera vista.

¿Te interesa desarrollar productos que realmente transformen?

Únete a nuestra comunidad y descubre los recursos que estamos preparando para profesionales como tú..

DORA GONZÁLEZ CANOSA