En el mundo de la estética, donde la innovación avanza a pasos agigantados, también lo hace el marketing… aunque no siempre por el camino correcto.
Cada vez vemos más discursos diseñados para impresionar, pero no necesariamente para informar. Términos que suenan bien, pero que en realidad no significan nada.
Un caso que me marcó personalmente: me ofrecieron un “láser vegano”.
Sí, así como lo leés: un láser vegano.
Por unos segundos no sabia si reir…o llorar. ¿Qué tiene que ver un aparato con el veganismo? Luego lo entendí: estaban diciendo lo que creían que yo quería escuchar.
Y así como ese, hay muchos ejemplos. Demasiados.
Incoherencias comunes en la aparatología estética
Aquí te comparto algunos ejemplos —reales o inspirados en situaciones del sector— que ilustran cómo el marketing mal usado puede confundir más que comunicar:
Radiofrecuencia holística
Ondas electromagnéticas vendidas como armonización energética. Nada que ver con la realidad técnica.
Ultrasonido cuántico emocional
La palabra “cuántico” se usa como si fuese mágica. Pero el ultrasonido no modifica tus emociones.
Presoterapia mística
¿Expandir el aura con compresión de aire? Mucho storytelling, cero fundamento.
Electroporación con memoria celular
La técnica es real, pero no activa ningún recuerdo ancestral de tus células.
Criolipólisis neurosensorial
Promete conexión cuerpo-mente mientras congela tejido graso. Poco coherente, mucho marketing.
Cavitación liberadora de traumas
Eliminar grasa localizada es efectivo, pero no es psicoterapia.
Lifting cuántico espiritual
Una combinación de aparatología y esoterismo sin ningún respaldo técnico.
Láser vegano (¡sí, otra vez!)
El ejemplo por excelencia de cómo una palabra “de moda” se usa fuera de contexto.
¿Por qué esto es un problema?
El uso indiscriminado de términos como:
- “frecuencia vibracional”
- “energía cuántica”
- “alineación de chakras”
- “ADN espiritual”
- “activación holística”
… no solo genera confusión, sino que desacredita a los verdaderos profesionales del sector.
Cuando disfrazamos lo técnico de mágico, el cliente deja de confiar. Y lo que debería ser un proceso basado en ciencia, seguridad y formación, termina pareciendo una tendencia sin criterio.
Lo que realmente necesitamos
No hace falta adornar la aparatología. Hace falta explicarla mejor.
- Hablar claro.
- Educar sin subestimar.
- Comunicar con criterio.
- Priorizar la confianza a largo plazo sobre la venta rápida.
Porque la coherencia no aburre, construye autoridad.
Un llamado a los profesionales de la estética
Este no es un juicio, es una invitación.
A revisar nuestros mensajes, nuestras promesas y nuestro posicionamiento.
¿Y si empezamos a construir un sector donde la innovación se comunique con claridad?
¿Y si dejamos de subestimar a nuestros clientes y empezamos a empoderarlos con información real?
Cierre: una frase para recordar
La aparatología no necesita magia. Necesita coherencia.
Y esa coherencia empieza con cómo hablamos de lo que hacemos.
No para sonar más “técnicas”, sino para ser más profesionales.
No para vender menos, sino para vender con sentido.
¿Y tu qué opinas?
¿Has visto incoherencias como estas en el sector?
¿Te han ofrecido tratamientos con nombres extravagantes?
Déjame tu experiencia en los comentarios.
Comparte este artículo si crees que más colegas deberían leerlo.
Guárdalo si quieres sumarte a una estética más consciente, más profesional… y mucho más creíble.

DORA GONZÁLEZ CANOSA